
Fernández cuenta como conosció a Leonel “Hace un año y medio, nos cruzamos en Aeroparque. Leo estaba con un amigo y, casualmente, le cedió el asiento junto a mí. En ese momento se quiso matar, porque según él en media hora me convencía de sacarme el teléfono”. El tiempo pasó, y el destino quiso que se volvieran a encontrar en Mar del Plata. “Cuando me contó la anécdota del avión me derretí –recuerda-. Me pidió el teléfono y se lo negué, pero le dejé el handy. Durante quince días seguidos me tiraba alertas y no lo atendía, hasta que un día lo llamé. Él dice que murió cuando vio mi handy, así que terminó de trabajar, tomó el auto y se fue a Mar del Plata”.

Habituada a tener parejas duraderas, asegura que fue esto, entre otras cosas, lo que la decidió a casarse con alguien con quien tan sólo lleva seis meses de noviazgo. “Es la primera vez que tengo esas sensaciones. Que siento la necesidad de la otra persona. Siempre fui muy independiente, y me estoy dejando cuidar por primera vez; es como que Leo tomó un lugar que nunca había ocupado nadie, y me encanta, somos realmente una pareja. Vivimos este amor en su estado más puro”, comenta.
Esta será la segunda vez que dé el “sí”. La anterior fue cuando era apenas una joven de veinte años, y hoy recuerda esa decisión como “un acto de inconciencia absoluta y total”. “Hoy por hoy quiero formar una familia con Leo, que sea el padre de mis hijos, y lo digo con una conciencia madura”, explica. Si bien asegura que no reniega de ello, porque no se arrepiente de las cosas que vivió, lamenta el hecho de haberse casado por Iglesia, ya que ahora está imposibilitada de hacerlo.
Si se habla de casamiento, es inevitable que surja el tema de los herederos. “Nos morimos de ganas de tener hijos, y me parece que es algo que nace de adentro”. Consultada sobre si le gustaría que la llegada de los hijos sea ahora, o si prefieren darse un tiempo para disfrutar del matrimonio, no deja dudas al respecto. “Que vengan ya” -dice entre risas-. La vedette uruguaya agrega que fantasean constantemente sobre el tema, que hablan de ellos como si ya formaran parte de sus vidas, y que hasta han elegido los nombres para cada uno. Sin embargo, no adelanta nada al respecto, y prefiere guardarse el secreto para cuando nazcan. “Lo que sí te puedo decir es que no se llamarán Leo ni Claudia” –agrega-. En cuanto a cómo se imagina como madre, Claudia cree que será “amorosa”, y que le costará bastante ponerles límites. Y, aunque reconoce que le encantan las familias numerosas, admite que para poder darles una buena crianza no cree que dé a luz a más de tres.
Fuente: Caras Uruguay
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